Leo el estremecedor comentario de Clara Villafañe y pienso que tan mala persona no debo ser si Dios me dio los padres que tengo que me rescataron en el momento preciso a mi y a mis hijos de las garras de un hábil psicópata manipulador y de un destino cruel porque la verdad, yo ya estaba psicológicamente semidestruída, anestesiada, alienada, casi incapaz de reaccionar.
Dice Clara que «lo que redacta yo lo pasé de la misma manera, estuve casada con uno durante 45 años, al final mi hijo también es psicópata intenso y mi nieta mayor también nació sin alma. El redacto parece mi vida, éste actuó de la misma forma con mi hijo, pero yo no lo supe defender porque me manipulaba como quería. Había logrado cansarme tanto que ya no discutía más con él»
Eso es lo que me esperaba si mi madre no se hubiera dado cuenta de lo que estaba pasando en mi matrimonio y no hubiese apoyado mi decisión de divorciarme sin la menor vacilación. El relato que condensa ese breve párrafo de Clara es toda una vida de sufrimiento, o mejor, una auténtica no vida, sintiendo que te convierten en una marioneta sin poder reaccionar como en una pesadilla y viendo como delante de tus ojos maltratan día a día a tus hijos.
Cuando mi ex esposo atacó furibundo a mi madre porque no le quiso entregar a Claudine que dormía en la «guagua» que tenía atada a su cuello y le desgarró el hombro derecho en el intento, cayó la gota que rebalsó el vaso. No había marcha atrás. La violencia moral y psicológica ya había pasado a la física.
En el ínterin entre este episodio y el viaje de regreso a la Argentina consulté a tres personas de asociaciones que se especializan en el tema de la violencia doméstica, y las tres me dijeron exactamente lo mismo después de escuchar mi relato:»Sepárese porque estas situaciones no tienen retroceso, sólo pueden empeorar»
Confieso que después que le dije a JD que me quería divorciar tuve dudas acerca de si era la mejor decisión dadas las circunstancias porque todavía estaba como envuelta en una nube que me obnubilaba impidiéndome pensar con claridad, a tal punto llegaba en ese momento el efecto de las tácticas manipuladoras de mi ex esposo.
Pero luego a medida que me iba recuperando también me iba dando cuenta de cómo funcionaban las maniobras perversas de JD para ir minando mi personalidad y sumirme en la dependencia de sus humores y delirios. Y entonces supe que había tomado la decisión correcta. Aunque cuando él asumió que yo estaba hablando en serio comenzó la guerra que aún hoy me tiene sobre ascuas, porque nunca se sabe para que lado disparan los intereses de los magistrados que tienen tu vida en sus manos, y que en algunos casos muy poco les importa lo que les puede pasar a ti o a tus hijos.
Hoy tengo otro motivo para festejar, la Cámara de Apelaciones rechazó el recurso extraordinario que presentaron sus abogados. Otro pasito, aunque falta aún el veredicto definitivo que está en manos de la Corte Suprema que enfrenta un futuro incierto sujeto a los vaivenes de la política ya que sólo quedan tres de los cinco miembros que la componen, debiendo cubrirse los dos cargos vacantes en el transcurso del próximo año.