Cuando Constantino tenia un año y 9 meses mi hermano Martin decidió casarse, así que organizamos el viaje a la Argentina, de paso fuimos a visitar a amigas que hacia un montón que no veía. En Santa fe paramos en la casa de mi amiga Inés, que tiene mellizos. Sorpresivamente un día ella me dijo:
– Che, JD ¿Cuando levanta el culo?. Porque se pasa todo el día dándote órdenes “Victoria !!! A Consta hay que cambiarlo, Victoria, hay que bañarlo, hay que llevarlo a dormir a Constantino”. Y él ¿Cuando trabaja de padre? ¿O que entiende por ser padre? Estaba claro, su rol era darme órdenes porque yo era “la niñera”.
– ¿Por qué no lo deja jugar con los chicos nuestros, o lo acuesta cuando todos estamos disfrutando de un momento juntos? – me dijo en otro momento Inés muy preocupada.
Luego nos fuimos a la casa de otra amiga que vive más al norte, Bettyna, que me dijo:
– Che ¿A este no se le prendió el motor de la paternidad? ¿Será que se le prenderá alguna vez?
Un amigo de mis padres lo invitó a practicar sky acuático, como era un deporte que desconocía regresó todo golpeado y como aún no era verano y no tenia equipo se enfrió, se engripo y contagió a todo el mundo. Más motivos para un mal humor insoportable y permanente, maltratos, gritos … Me enojé.
– Querido cuidate un poquito !! Que ya no sos el pendejo aventurero que te creías y tenemos un hijo que cuidar, educar y ayudar a crecer.
Pero a él lo único que le interesaba del viaje era eso. Disfrutar personalmente todo lo posible y ocuparse de su hijo lo menos posible.
Que el hijo presenciara sus demostraciones de violencia, no le importaba, como tampoco aterrorizarlo ni maltratarlo, la cosa ya estaba pesada. Ni siquiera ya se controlaba ante los extraños.
Llegamos a Buenos Aires después de varias etapas a pura discusiones, el placer de estar con amigos se había quedado en el camino de ida.
Ahora venía el el casamiento. JD estaba completamente dolorido por los golpes de sus “hazañas” deportivas y por supuesto con los nervios de punta. Tuvimos una muy desagradable discusión en la casa de mi mamá.
Mi papá que escuchó, no las palabras sino la falta de respeto que rezumaban y la presencia del niño en el entredicho tuvo una larga charla con JD respecto del significado de hacerse hombre !!!!! Luego de esa charla se calmó bastante, pero … la cabra al monte tira.
Después del casamiento él se volvió, con mi hijo nos quedamos unos días más en Argentina y luego también nos volvimos. Mis amigos y mi familia quedaron muy impresionados de la violencia verbal y la tensión permanente que imponía por su mal humor.
Hacía tiempo que yo les comentaba todo esto. Pero con ellos era agradable y atento por lo que fue un verdadero shock descubrir su real personalidad.
Incluso tenía amigas que me echaban en cara que teniendo un marido que me lleva a vivir a Paris, yo encima me queje. Qué poco sabemos del verdadero Paris y de la verdadera idiosincrasia francesa!
El “buen padre de familia”
Como por lo vista esta enfermedad evoluciona, cuando volvimos a Francia su “estrategia” cambió: en vez de atacarme directamente a mi continuó con el tema del hijo a full. Como se sienta, como come, como está vestido, resultado: todo el día me tenía ocupada en que SU hijo estuviera dentro de los cánones milimétricos que él fijaba.
Fiscalizaba la cantidad que había comido por día, la cantidad de agua que usaba para bañarlo, la cantidad de pañales, donde dejaba los juguetes, las horas que había dormido etc. y yo debía darle el informe día por día, otro tema de conversación no estaba permitido.
Uno podría engañarse y decir “Que padre preocupado”.
Error, el buen padre no es el fiscal de la niñera/madre, el buen padre hace, ayuda, colabora, y silenciosamente, no a los gritos ni a las recriminaciones.
No exige que el hijo se levante de la cama recién después de que él parta al trabajo ni que se acueste antes de que llegue de vuelta. Que si sucede lo contrario, empieza a los gritos y golpes.
Desde hacía meses mi hijo había dejado de cantar, contarme cosas, estaba molesto, se encerraba en sí mismo, comía poco y mal. Visité psicólogos especializados en niños.
Mi error, ir con el padre.
El desplegaba una especie de grandes explicaciones super lógicas y “encantaba” a los que escuchaban, haciéndome quedar como desubicada, exagerada e inmadura.
Yo misma llegaba a dudar de mi misma y buscaba soluciones leyendo libros y más libros. Todavía no me había dado cuenta de que mi autoestima había sido destruida paso a paso.
En fin, llegaron las fiestas y nos fuimos a la casa de mis suegros y un tiempito después en un alegrón semialcohólico de mi marido quedé embarazada de mi preciosa Claudine.
Sobre llovido, mojado: eyaculación precoz
Todavía no entiendo cómo sucedió. Fue algo casi milagroso, porque desde el nacimiento de Constantino repentina y misteriosamente JD empezó con un problema de eyaculación precoz. Al principio pensé “Ya le va a pasar, es el julepe del primer hijo”, pero luego pasaban los meses y la cosa se estaba volviendo intolerable porque JD me empezó a culpar de su problema con el argumento de que yo me negaba a complacer sus deseos (casi masoquistas, ni loca!!). La verdad, jamás se me había ocurrido que a los hombres les gustaban esas cosas raras.
Entonces empecé a informarme sobre esta disfunción masculina para ver cómo solucionar la cuestión porque todo se volvía más desagradable. Las relaciones íntimas se volvieron super agresivas, antes, durante y después del sexo, lo que en verdad era frustrante, como consecuencia de lo cual literalmente mis genitales se cerraron y tuve que consultar al ginecólogo, quien me dijo : “Señora, esto no se contrae por un problema físico (esa era la teoría casera del ingeniero JD) si no que evidentemente Ud. está bajo presión, su marido debe ser más cariñoso para que esa zona se relaje … “. Pasé una vergüenza …
Pero no podía decirle que era más fácil que volviera Jesucristo que lograr una actitud cariñosa de mi marido.
Averigué que la eyaculación precoz es un problema sexual bastante común en hombres, afectando a entre el 25 y el 40% de ellos. Puede ser causada, temporalmente, por depresión, estrés relacionado con asuntos económicos, expectativas poco realistas o desfiguradas sobre su capacidad sexual. (Todo le cuadraba a aJD). También puede ser la consecuencia de una falta de comunicación entre las parejas y sus círculos sociales o por conflictos de identificación sexual (?) no resueltos. Por ejemplo, homosexualidad reprimida.
La cuestión es que las agresiones se fueron incrementando a medida que pasaba el tiempo y ya eran insoportables.
Actitudes permanentes de violencia hacia mí, estando embarazada, hacia mi hijo, y hasta hacia mi perra, pobre … que ya estaba en las diez de última.
Gritos, prepotencia, recriminaciones, amenazas coléricas, golpes disimulados, escenas violentas, eran pan nuestro de cada día.
Pero como ahora en lugar de una tenía dos razones poderosas todavía intenté tratar de salvar esa familia. Gran error que casi le cuesta la vida a mi hija.